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Ecología de aprendizaje en pro de lo dialógico

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Ya decía César Coll que “la educación en la escuela es solo una forma de educación” y a eso vengo hoy a referirme cuando os cuente mi experiencia como docente que se mueve más en ámbitos informales de enseñanza que en los restringidos a un aula escolar. Porque los espacios de aprendizajes son múltiples, porque el aprendizaje va más allá de adquirirse en  un recinto físico cerrado.

Directamente relacionado con la ecología del aprendizaje,  que supone una democratización en la jerarquía al uso tradicional de docentes y discentes, nos encontramos con que el mayor poder educativo está en lo dialógico.

Poner al mismo nivel a todos para compartir, debatir experiencias, para darles voz y poder y permitirles participar y crecer en una comunidad que genera por sí misma conocimiento, que analiza críticamente cada palabra que pronuncia, cada imagen que expone, cada herramienta o artefacto digital que produce y que logra una implicación real y profunda en la materia que se trata.

Esto es lo que he intentado llevar a cabo con mis experiencias dentro del campo de la animación lectora a través de talleres. Parece que la palabra “taller” ya indica su carácter informal, y es un punto en el que detenerse. Lo que para unos carece de importancia para otros es la fuente real de aprendizaje.

Tres son los talleres que voy a describir donde la literatura y el arte en su expresión más plástica y reflexiva tiene cabida dando paso a una indagación y tertulia dialógica que favorece desde procesos comunicativos a procesos de pensamiento que fluyen de manera casi inconsciente pero real y cuajando en la mente del participante.

Un proyecto de estas características lo que propone es una mejora cualitativa de la competencia comunicativa y lingüística a partir de procesos de escritura creativa, ilustración literaria como paso a nuevos alfabetos más visuales y digitales, desarrollo del pensamiento divergente con la apertura de nuevo vocabulario, apertura al imaginario colectivo y a la construcción social de conocimiento como acto de transformación social y cultural, favoreciendo inferencias, conociendo el poder emocional y por tanto el potencial de aprendizaje que transmite una narrativa, generando habilidades analíticas y críticas.

Comenzamos:

  • Taller de Kamishibai de inteligencia emocional: Se realiza una previa dramatización que presenta la cultura japonesa e introduce en particular el teatro de Kamishibai. Una vez sumergidos en esta narrativa comienza el storytelling donde se muestra un cuento con el formato típico de Kamishibai en A3 para trabajar la inteligencia emocional especialmente destinado a un público infantil. Se tratas de trabajar la autoestima y el autoconcepto como parte del desarrollo comunicativo del niño a través de elementos visuales, de historias que producen el contacto emocional entre el oyente, el contexto y el contenido. El formato es puramente inmersivo. Tiene las ventajas de un escenario donde se representa una obra y de una lectura visual impactante porque aprovecha elementos como el diálogo con el cuentero y la apertura de nuevos escenarios con preguntas abiertas y la visualidad y contacto con un formato puramente estético, con imágenes que acompañan la lectura. La ventaja del uso de kamishibai no se centra sólo en esa inmersión y animación lectora sino que aprovecha sus características físicas para ampliar las posibilidades de uso en lectores mayores permitiendo su propia construcción de la narrativa e incluso del teatro como resultado de la inmersión arquitectónica en ese nuevo espacio de aprendizaje: un kamishibai artesanal. Posteriormente al taller se habilita un espacio más creativo, dar rienda suelta a la imaginación, a aquella que se ha contribuido con la narrativa permitiendo a los oyentes construir su personaje favorito, su propio personaje original de la historia, crear, elaborar, reinventar a través, bien del dibujo o bien de origami, la construcción de un personaje del cuento que le haya impactado. En particular la opción del origami tuvo mucho éxito ya que permitía incluir un nuevo concepto asociado a la cultura japonesa que enriquecía el conjunto y con el que los niños se sentían muy cómodos procurado una experiencia contextualizada plenamente e inmersiva. El personaje principal de la historia, un erizo de mar, resultó muy sencillo de crear en papel y el punto mágico de la historia, que no desvelaré, también pudo personalizarse a través de la creación en origami. Un recuerdo que pudieron llevarse a sus casas para recrear el momento tan especial que vivimos y que me consta tuvo sus repercusiones a nivel personal en las familias.

kamishibai

  • Lectura interactiva del Alfabeto: Lectura de alfabeto animal con “Abezoo” (Carlos Reviejo,Javier Aramburu. SM) como paso para el conocimiento de las letras invitando a la interactividad con la tertulia dialógica al modo socrático de preguntas que favorezcan la comunicación de experiencias relativas a cada uno de esos animales que comienzan por cada letra del alfabeto y que permitan rememoración de aprendizajes realizados en otros entornos traídos a ese espacio lúdico y literario permitiendo el compartir, reflexionar e interactuar con otros participantes. Generando inferencias, relaciones y creando nuevos imaginarios colectivos y compartidos. El texto escogido permitía a su vez un desarrollo de la conciencia fonológica esencial en las primeras edades a través de poemas y rimas que con su musicalidad enriquecían la propuesta, invitando a la expresión oral con nuevas vías comunicativas. El taller se completó con el desarrollo de una actividad plástica con limpiapipas donde cada participante tenía autonomía y libertad para construir sus propios animales señalando su nombre, su letra inicial, sus características al tiempo que desarrollaban destrezas manuales y construían de manera conjunta un zoo. La inclusión de animales y de preguntas abiertas favoreció la implicación de la audiencia ávida de protagonismo para contar sus propias experiencias y enriqueció el proceso en diferentes direcciones: no sólo por el hecho de compartir y crecer juntos sino de establecer contacto emocional con otros participantes más retraídos que enseguida se contagiaron y participaron activamente. La actividad final de los limpiapipas sorprendió gratamente a todos, acostumbrados a una actividad exclusivamente de escucha y favoreció el objetivo primario de motivación lectora, donde algunos participante recorrieron la biblioteca en busca de libros relacionados con la temática para inspirarse y consultar por iniciativa propia.
  • Taller de contar historias. El taller comenzaba con la inclusión de un elemento de juego en el espacio bibliotecario. Se trataba de 5 dados artesanales, con dibujos vivos y coloridos, que se utilizaron para formar la narrativa. Cada dado suponía una parte de la historia, un poco siguiendo el estilo de las funciones de los cuentos maravillosos de Propp: personajes, escenarios, acción, objeto mágico y finales posibles. Para jugar, los participantes, debían tirar los dados y crear su narrativa a partir de las imágenes resultantes en cada dado. Previamente a este momento se realizó una simulación inicial donde se expuso el objetivo que se buscaba y cómo lograrlo. Con unas breves indicaciones y las imágenes de apoyo el objetivo quedó claro y los niños estuvieron deseando tirar los dados para crear su propia narrativa. Fomentar su autonomía y permitir que sean ellos los que elijan su narrativa era uno de los elementos fundamentales en el taller. Para culminar el proceso e interiorizar el contenido que se trabajaba se propuso el desarrollo ilustrado de una portada que mostrara los puntos clave de la narrativa, sobre la que se apoyaron para contar su cuento. Se trató, en definitiva, de un ejercicio de escritura creativa y visual, donde ellos mismos se convirtieron en storytellers. Permitió el desarrollo de la imaginación y la creatividad además de un aprender a comunicarse en sencillos pasos siguiendo el hilo conductor de la historia que marcaron los dados. El producto resultante fue la recompensa final por el aprendizaje adquirido y las competencias desarrolladas.
  • Talleres digitales: Un último taller que no pudo llevarse a cabo pero estaba previsto fue el de elaboración de  proyectos personales con la intención de contar algo a través de  blogs, carteles, tablones, etc. utilizando la  metodología BYOD (Bring Your Own Device). Motivar la búsqueda del centro de interés sobre el que trabajarán a través de una lluvia de ideas, investigar y explorar cada uno de manera individual su temática y ponerla en común en caso de trabajos colaborativos  y elaborar un producto digital con todo ello atendiendo a una rúbrica de todo el proceso siguiendo la línea del ABP pero insistiendo en el carácter informal y personalizado del taller que resta obligatoriedad y eleva el aprendizaje a algo propio y flexible con un flujo perfecto y constante de interés.

En conclusión, reuniendo en cuatro talleres cuatro maneras diferentes de acercar el aprendizaje en espacios diferentes, transformados para la ocasión, contextualizados e inmersivos que utilizan «lo dialógico» para contribuir a la transformación social y cultural, al aprendizaje compartido, al desarrollo de la inteligencia colectiva en lo que es <<otra manera de educar>>.


clara_corderoClara Cordero es maestra, investigadora y diseñadora de experiencias de aprendizaje en el campo de la gamificación, las metodologías activas, la competencia digital y e-learning. Inmersa en comunidades de aprendizaje donde aprender y compartir son sinónimos de proyecto personal y profesional.