¿Un libro de frikadas para trabajar en la escuela? Parte 2 de 2.

¿Un libro de frikadas para trabajar en la escuela? Parte 2 de 2.

Conecta13 Expandido

En mi anterior entrada para Conecta 13, además de compartir alguna experiencia didáctica usando frikadas como centro de interés, exponía cómo nació mi blog de autoayuda y posteriormente mi primer libro: “Aprender de la ficción: los apuntes del joven padawan”. Para refrescar la memoria (o para picar la curiosidad a quien no haya leído la entrada anterior), recordaré que en este particular libro pretendía compartir una idea basada en que si se presta una especial atención al leer comics, ver películas y series de televisión, o al jugar a videojuegos, se puede extraer una serie de mensajes que aplicar a la propia vida, y de esta forma, desarrollar la inteligencia emocional.

Partiendo de estas ideas, y casi sin darme cuenta, tuve que hacer sonar el cuerno de Gondor para terminar la entrada y emplazarnos a este momento, donde intento retomar “el hilo argumental” que quedó abierto dejando muchas cuestiones sin resolver, como nos pasó viendo “El Señor de los Anillos: la comunidad del anillo”, antes de continuar con “Las dos torres”. Para no enrollarme demasiado, citaré casi textualmente cómo terminaba mi anterior entrada y así poder retomar la idea planteada justo donde la dejé:

“… aunque en principio no concebí #JovenPadawan con fines educativos, al comprobar que cada vez eran más los chicos y chicas en edad escolar que iban adquiriendo #JovenPadawan, llegué a plantearme la siguiente siguiente cuestión:

ciertamente, mi libro es más o menos para todos los públicos, pero… ¿cómo lo podría trabajar en la escuela?”

La primera respuesta llegó una tarde cualquiera en el IES Sierra de Yeguas, uno de mis centros de referencia en el que hace años que funcionan como Comunidad de Aprendizaje. Allí, se me ocurrió que quizá, una primera forma de comenzar podría ser realizando “tertulias dialógicas“. Siguiendo esta estrategia metodológica, antes de cada sesión, padres, madres, docentes y alumnado harían una lectura de alguno de los pasajes del libro y subrayarían aquello que les llamara la atención para después, en la tertulia propiamente dicha, compartieran las diferentes ideas e interpretaciones generándose debates constructivos sobre los aspectos que trata cada uno de los pasajes. Por ello, hice un listado con algunos pasajes que podrían no encajar demasiado en la edad escolar y los dejé a disposición de quien estuviera interesado en trabajar con el resto del libro. Tiempo después llegó a mis oídos que un grupo de trabajo de la zona del Guadalhorce había incorporado a su proyecto el uso de los pasajes de “Los apuntes del joven padawan”, por lo que parecía que la cosa, aunque tranquila, se iba expandiendo.

Mientras tanto, mi esposa y yo creamos un pequeño proyecto al que llamamos “Ciudadanía Súper” para hacer la programación de Educación para la Ciudadanía en quinto de primaria. En él, intentamos trabajar todos los criterios e indicadores expresados en el decreto a través de superhéroes y obras de ficción que consideramos podrían interesar a este alumnado.De los “mini-proyectos” correspondientes a las ocho unidades didácticas podríamos destacar una dinámica de reflexión sobre los atentados de París de 2015 que tenía como eje central una especie de juego de “elige tu propia aventura” (como en los antiguos libros de “Timun Mas”) inspirada en la “Saga Pain” de “Naruto Shippuden”. En él había que tomar decisiones por equipos y según la elección, la trama de la historia presentada avanzaba hacia un lugar u otro.

En otro de los mini-proyectos de “Ciudadanía Súper”, #JovenPadawan tuvo un protagonismo más explícito como centro de interés, y para el trabajo sobre la riqueza de la diversidad cultural, construimos la tarea competencial a partir del pasaje “Los arqueros de Arboria”. En esta ocasión, usamos como referencia las diferentes razas del universo de Flash Gordon, y además, trabajamos aspectos derivados del pasaje como las inseguridades o las posibles lecturas que pueden hacerse de la envidia.

La verdad es que cuando relato estas experiencias pienso que cada una de ellas necesitaría un post específico para explicar concretamente qué hicimos. Sin embargo, la naturaleza de esta entrada me anima a ser breve y expositivo para abrir boca, y si alguien estuviera interesado no tendría más que ponerse en contacto conmigo. (Ya sabes 😉

Hacer dibujos, representaciones, mini-juegos de rol en vivo, debates, tertulias dialógicas o audiovisuales, grupos interactivos creados para hacer productos específicos, audiocuentos, reflexiones en vídeo… prácticamente cualquier tipo de actividad o tarea se puede construir alrededor de los centros de interés que son tanto los personajes como las moralejas de cada uno de los pasajes de “Los apuntes del joven padawan”. Puede utilizarse como lectura ociosa, como trabajo de ampliación, como contenido específico, en Ciudadanía, en la alternativa a Religión, como centro de interés, para el desarrollo personal, como apoyo para trabajar conflictos o situaciones que hayan surgido en la rutina diaria y para un larguísimo etcétera. Por todo, podría decir que sería la propia creatividad (o la capacidad de conectar con las personas que nos podrían ayudar a desarrollarla) la que determine qué podemos hacer con este libro tan particular.

Llegados a este punto, podrás pensar que tengo carrete para rato y que como no me ponga freno me puede salir un “post” del estilo de “El Silmarillion”, así que para ir terminando compartiré que en esta añoranza del trabajo directo en las aulas hay una idea que me motiva y llena de una especial ilusión:

pensar que aunque ha pasado mucho tiempo sin ver a mis pequeños/as ninjas del Prácticas Número 1, seguimos compartiendo pasiones que nos conectan y que realmente se puede aprender mucho de ellas. Y… ¿quién sabe? Lo mismo llega el día en que alguien en su Instituto o en cualquier otro foro les recomiende leer un libro con el que poder aprender a afrontar ciertas dificultades de la vida y encuentren que se basa en unas frikadas que un día dieron vida a su fantástico grupo de segundo de Educación Primaria.

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¿Un libro de frikadas para trabajar en la escuela? Parte 1 de 2

¿Un libro de frikadas para trabajar en la escuela? Parte 1 de 2

Conecta13 Expandido

Cuando echo la vista atrás, veo que han pasado ya seis años y pico desde que dejara a “mis pequeños/as ninjas” del CEIP “Prácticas Número 1” para trabajar en el CEP de Antequera. Ahora, recuerdo con mucha añoranza aquellos días y cómo  le daba vueltas a la cabeza para motivar a un grupo de niños y niñas muy heterogéneo, en un centro que me presentó dificultades con las que nunca antes me había encontrado. De aquel quebradero de coco surgió trabajar las diferentes áreas curriculares a través de un anime, y considerando que las primeras aventuras de Naruto lo sitúan como alumno en una escuela de ninjas, el elegido fue el simpático personaje rubio de pelo-pincho. Así, a través de problemas de Matemáticas sobre el número de jutsus que sabía cada uno de los personajes (algo así como “hechizos de magia”), con dibujos, pequeñas representaciones y rol-playing que ayudaban a visualizar aquellos que eran más difíciles, dictados sobre sus historias y otras estrategias, conseguíamos divertirnos a la vez que aprendíamos contenidos de Lengua, Matemáticas, Artística y Conocimiento del Medio (se llamaba así en aquel momento) e íbamos desarrollando algunas competencias.

02-segundo_09_10_narutoA aquello que hacíamos había quien lo llamaba “centro de interés”, y más tarde, cuando escuché hablar del “aprendizaje basado en proyectos” pude comprobar que también se parecía mucho a lo que hacía con mis fieras. La verdad es que podría pararme a pensar cómo llamar a aquellas estrategias y ubicar rápidamente a los lectores, pero es probable que concretara más de lo necesario unas pautas de actuación, que dicho sea de paso, eran muy libres, globales y adaptativas. Así que en lugar de ponerme teórico prefiero sacar algunas conclusiones y seguir escribiendo el post, y entre ellas, las principales que puedo extraer son: que necesito divertirme trabajando, que soy muy friki, y que ambas cosas me ayudan a extraer lo mejor de mi alumnado y unirme a él.

Sin embargo, como ya he comentado, terminé separándome de ellos/as para aventurarme en el CEP. Fue entonces cuando empecé a desarrollar un nuevo proyecto que aunaba mi formación y creciente interés por la Inteligencia Emocional con el mundo de la ficción que poco tiempo atrás me había permitido disfrutar aprendiendo con mi alumnado.

Así fue como nació mi blog de autoayuda y posteriormente mi primer libro: “Aprender de la ficción: los apuntes del joven padawan”. En este particular libro pretendía (y sigo pretendiendo) compartir que si se presta una especial atención al leer comics, ver películas y series de televisión, o al jugar a videojuegos, se puede extraer una serie de mensajes que aplicar a la propia vida, y de esta forma, desarrollar la inteligencia emocional.

Cuando se me ocurrió esta idea “alocada” de dar forma a mi propio aprendizaje en Psicología Social a través de la creación de un blog/libro, he de reconocer que no se me pasó por la cabeza usarlo con fines didácticos y/o educativos. A pesar de ello, hubo dos momentos que me hicieron comenzar a plantearme esa posibilidad.

La primera de ellas surgió justo al día siguiente de la presentación, cuando recibí la llamada de una librería de la Estación de Cártama para pedir varios ejemplares a raíz de que una adolescente llegara preguntando muy interesada (gracias, Isa). Poco después averigüé que la chica era alumna del IES “Cartima”, por lo que muy seguramente Rosa Liarte y José María Ruíz tuvieron algo que ver.

El segundo momento llegó cuando Antonio Bandera, el educador holístico, me comentó una anécdota vivida ese mismo verano: mientras trabajaba como voluntario en un campamento de trabajo emocional, un chico muy especial e inteligente (de unos trece años) le comentaba que no terminaba de encajar fuera de ese tipo de entorno y que se sentía muy diferente a sus compañeros/as de Instituto. Entre otras cosas le confesó que le llamaban despectivamente “friki”. En ese momento, Antonio le comentó que no solo había mucha gente como él y que el tema de ser friki hacía tiempo que está de moda, sino que además, un amigo suyo (es decir, yo) acababa de escribir un libro que le podría venir muy bien. Para sorpresa del chaval, cuando tuvo el libro friki en sus manos, comprobó que se apoyaba en muchos de los personajes con los que él disfrutaba leyendo (como es el caso de Light Yagami de “Death Note”). Según cuenta nuestro compañero, el chico se sumergió en las páginas de #JovenPadawan y poco a poco su percepción de la realidad fue adquiriendo una perspectiva más serena y constructiva.

En esos primeros días de vida de #JovenPadawan, pude comprobar en las redes que cada vez eran más los chicos y chicas en edad escolar (tanto de primaria como de secundaria) que iban adquiriendo el libro, por lo que me planteé lo siguiente:

ciertamente, mi libro es más o menos para todos los públicos, pero… ¿cómo lo podría trabajar en la escuela?

Para responder a esta pregunta recordaré que cuando vimos “El Señor de los Anillos: La comunidad del anillo”, muy poco después de que sonara el cuerno de Gondor, la película llegó a su fin dejando a muchos seguidores de la saga completamente expectantes y con muchas ganas de más. Por ello, si quieres conocer la respuesta y leer cómo vuelvo a conectar con mis pequeños/as ninjas del Prácticas Número 1, te animo a que leas mi próxima entrada en el Universo Expandido de Conecta 13.

¡Que La Fuerza os acompañe!

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