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¿Un libro de frikadas para trabajar en la escuela? Parte 1 de 2

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Cuando echo la vista atrás, veo que han pasado ya seis años y pico desde que dejara a “mis pequeños/as ninjas” del CEIP “Prácticas Número 1” para trabajar en el CEP de Antequera. Ahora, recuerdo con mucha añoranza aquellos días y cómo  le daba vueltas a la cabeza para motivar a un grupo de niños y niñas muy heterogéneo, en un centro que me presentó dificultades con las que nunca antes me había encontrado. De aquel quebradero de coco surgió trabajar las diferentes áreas curriculares a través de un anime, y considerando que las primeras aventuras de Naruto lo sitúan como alumno en una escuela de ninjas, el elegido fue el simpático personaje rubio de pelo-pincho. Así, a través de problemas de Matemáticas sobre el número de jutsus que sabía cada uno de los personajes (algo así como “hechizos de magia”), con dibujos, pequeñas representaciones y rol-playing que ayudaban a visualizar aquellos que eran más difíciles, dictados sobre sus historias y otras estrategias, conseguíamos divertirnos a la vez que aprendíamos contenidos de Lengua, Matemáticas, Artística y Conocimiento del Medio (se llamaba así en aquel momento) e íbamos desarrollando algunas competencias.

02-segundo_09_10_narutoA aquello que hacíamos había quien lo llamaba “centro de interés”, y más tarde, cuando escuché hablar del “aprendizaje basado en proyectos” pude comprobar que también se parecía mucho a lo que hacía con mis fieras. La verdad es que podría pararme a pensar cómo llamar a aquellas estrategias y ubicar rápidamente a los lectores, pero es probable que concretara más de lo necesario unas pautas de actuación, que dicho sea de paso, eran muy libres, globales y adaptativas. Así que en lugar de ponerme teórico prefiero sacar algunas conclusiones y seguir escribiendo el post, y entre ellas, las principales que puedo extraer son: que necesito divertirme trabajando, que soy muy friki, y que ambas cosas me ayudan a extraer lo mejor de mi alumnado y unirme a él.

Sin embargo, como ya he comentado, terminé separándome de ellos/as para aventurarme en el CEP. Fue entonces cuando empecé a desarrollar un nuevo proyecto que aunaba mi formación y creciente interés por la Inteligencia Emocional con el mundo de la ficción que poco tiempo atrás me había permitido disfrutar aprendiendo con mi alumnado.

Así fue como nació mi blog de autoayuda y posteriormente mi primer libro: “Aprender de la ficción: los apuntes del joven padawan”. En este particular libro pretendía (y sigo pretendiendo) compartir que si se presta una especial atención al leer comics, ver películas y series de televisión, o al jugar a videojuegos, se puede extraer una serie de mensajes que aplicar a la propia vida, y de esta forma, desarrollar la inteligencia emocional.

Cuando se me ocurrió esta idea “alocada” de dar forma a mi propio aprendizaje en Psicología Social a través de la creación de un blog/libro, he de reconocer que no se me pasó por la cabeza usarlo con fines didácticos y/o educativos. A pesar de ello, hubo dos momentos que me hicieron comenzar a plantearme esa posibilidad.

La primera de ellas surgió justo al día siguiente de la presentación, cuando recibí la llamada de una librería de la Estación de Cártama para pedir varios ejemplares a raíz de que una adolescente llegara preguntando muy interesada (gracias, Isa). Poco después averigüé que la chica era alumna del IES “Cartima”, por lo que muy seguramente Rosa Liarte y José María Ruíz tuvieron algo que ver.

El segundo momento llegó cuando Antonio Bandera, el educador holístico, me comentó una anécdota vivida ese mismo verano: mientras trabajaba como voluntario en un campamento de trabajo emocional, un chico muy especial e inteligente (de unos trece años) le comentaba que no terminaba de encajar fuera de ese tipo de entorno y que se sentía muy diferente a sus compañeros/as de Instituto. Entre otras cosas le confesó que le llamaban despectivamente “friki”. En ese momento, Antonio le comentó que no solo había mucha gente como él y que el tema de ser friki hacía tiempo que está de moda, sino que además, un amigo suyo (es decir, yo) acababa de escribir un libro que le podría venir muy bien. Para sorpresa del chaval, cuando tuvo el libro friki en sus manos, comprobó que se apoyaba en muchos de los personajes con los que él disfrutaba leyendo (como es el caso de Light Yagami de “Death Note”). Según cuenta nuestro compañero, el chico se sumergió en las páginas de #JovenPadawan y poco a poco su percepción de la realidad fue adquiriendo una perspectiva más serena y constructiva.

En esos primeros días de vida de #JovenPadawan, pude comprobar en las redes que cada vez eran más los chicos y chicas en edad escolar (tanto de primaria como de secundaria) que iban adquiriendo el libro, por lo que me planteé lo siguiente:

ciertamente, mi libro es más o menos para todos los públicos, pero… ¿cómo lo podría trabajar en la escuela?

Para responder a esta pregunta recordaré que cuando vimos «El Señor de los Anillos: La comunidad del anillo», muy poco después de que sonara el cuerno de Gondor, la película llegó a su fin dejando a muchos seguidores de la saga completamente expectantes y con muchas ganas de más. Por ello, si quieres conocer la respuesta y leer cómo vuelvo a conectar con mis pequeños/as ninjas del Prácticas Número 1, te animo a que leas mi próxima entrada en el Universo Expandido de Conecta 13.

¡Que La Fuerza os acompañe!

Observaciones: «Aprender de la ficción: los apuntes del joven padawan» tiene licencia Creative Commons y permite copiarlo en prácticamente cualquier formato siempre que no sea con fines lucrativos, lo que facilita mucho su adquisición y distribución entre el alumnado. Si quieres su versión en *.epub, pincha aquí y será tuyo.

Si quieres conocer más acerca del libro, no dudes en ver el siguiente vídeo, que aunque corresponde a su presentación, comparte aspectos como los niveles de la personalidad que aborda, cuáles son sus fundamentos o qué motivó su creación.


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Pepe Arjona (@leonidasarjona) es maestro generalista que cuenta con la especialidad de E. Física. Actualmente es vicedirector en el CEP de Antequera, donde distingue sus actuaciones con un perfil metodológico vivencial y humano basado en dinámicas vinculadas a la Práctica Reflexiva. Le caracteriza su particular visión de la Inteligencia Emocional en la que argumenta que ésta puede ser trabajada desde obras de ficción como series, películas, comics o videojuegos (como refleja su libro “Aprender de la ficción: los apuntes del joven padawan”), y no pierde ocasión de compartir una buena charla con personas que le puedan ayudar a seguir aprendiendo.