¿Puedes imaginar una empresa que encargara a uno de sus trabajadores que se dedique exclusivamente a hacer preguntas?¿Imaginas que una empresa permita a uno de sus trabajadores que se atreva a cuestionarse los modos de funcionamiento dentro de la empresa?¿Y una escuela?¿O una universidad?¿Te imaginas un centro educativo en el cual los estudiantes o un miembro de la comunidad educativa pudieran preguntar el por qué o el cómo o el para qué de cualquier decisión o actividad? Pues bien, esa es la propuesta detrás del pregunting de Antonio Moar.
Nosotros nos hacemos, en este sentido, algunas preguntas:
- ¿Se puede conocer (mejorar, avanzar, progresar, conocer) sin hacernos preguntas y sin asumir el riesgo que las preguntas implican?¿Por qué cuesta tanto asumir la necesidad de hacer preguntas?¿Por qué somos poco eficaces – por no decir malos – haciendo preguntas?
- ¿Hay realmente necesidad de usar el falso anglicismo pregunting (como footing o parking) en lugar de decir cuestionamiento o algún otro sinónimo en castellano?
Y tú, ¿te atreves a hacer preguntas? ¡Pregunta, pregunta!
Imagen: Leo Reynolds