por David Álvarez
La llegada de las tecnologías al aula se ha visto en muchos casos como una irrupción, en la medida en que tienden a desestabilizar un statu quo que, por otra parte, lleva perpetuándose desde la revolución industrial.
Las tecnologías modifican la forma en que nos relacionamos y la forma de acceder a la información, lo cual, en ambos casos, se debería traducir en cambios severos no solo en el diseño de las actividades sino también en los roles que ejercen unos y otros, docentes y alumnado, incluso escuela y sociedad, en esos nuevos procesos de aprendizaje.
Esta amenaza para algunos ha sido vista como oportunidad por otros, que han sabido utilizar ese factor disruptor de las tecnologías para plantear nuevos escenarios. En otros casos, las tecnologías simplemente han servido para acelerar procesos que ya se estaban desarrollando de forma natural en el aula sin tecnologías.
Por otra parte, las teorías de aprendizaje tradicionales no han demostrado ser lo suficientemente útiles para interpretar los aprendizaje en contextos digitales, lo cual ha provocado que surjan nuevas teorías, como el conectivismo, que intentan explicar estos nuevos aprendizajes al tiempo que filósofos como Stephen Downes están redefiniendo el concepto de conocimiento en una sociedad dominada por las tecnologías donde la información y la comunicación están a golpe de clic.
Asociados al conectivismo y a la revisión de teorías previas a la era digital, están emergiendo conceptos, ideas y prácticas sobre las que se debate y se experimenta en la búsqueda de soluciones y modelos que se adapten a las necesidades y oportunidades que se nos plantean en la sociedad red. Entre ellas está el concepto de personal learning environment (PLE) o “entorno personal de aprendizaje”.
Una forma fácil de describir un PLE es la siguiente: se trata de una combinación híbrida de dispositivos, aplicaciones, servicios y redes personales que empleamos para adquirir de forma autónoma nuevas competencias para la resolución de problemas.
Comentemos brevemente tres aspectos relacionados con las tecnologías, su incidencia en el aprendizaje y la educación y cómo aparece implícita la idea de los entornos personales de aprendizaje.
Aprendizaje autónomo en la sociedad de las fuentes abiertas y la innovación social: el edupunk
La universidad, una de las instituciones más arraigadas en la civilización occidental con sus ocho siglos de vida, está sumergida en una crisis de identidad que se ve agravada por la situación económica actual, especialmente la universidad pública, que como tantas otras instituciones está sujeta a una creciente pérdida de ingresos estatales.
Esta situación solo viene a agravar otros factores como la creciente demanda del mercado, no solo de profesionales cuyos perfiles aún no recoge en sus planes de estudio ninguna universidad, sino de profesionales preparados en una serie de competencias que no se trabajan bajo los modelos tradicionales de enseñanza y aprendizaje que se desarrollan en la mayor parte de las aulas universitarias.
En paralelo están emergiendo numerosas iniciativas de formación en red, a menudo propuestas que ofrecen experiencias de aprendizaje no respaldas por acreditaciones (uno de los ejemplos más recientes es la Outliers School, inspiradas en muchos casos por movimientos como el de Creative Commons o el de los Recursos Educativos Abiertos (OER, Open Educational Resources), iniciativas que podríamos identificar como aprendizaje edupunk.
El termino edupunk fue acuñado por Jim Groom en 2008 aunque este autor nunca ha llegado a redactar una definición de él. Groom se ha limitado a reseñar en su blog distintas experiencias que según él merecen la etiqueta de edupunk, pero si hacemos un recorrido por estas, el denominador común es un enfoque de la educación en la que el aprendiz se convierte en el protagonista y centro del proceso.
Downes recogió la definición de edupunk que propuso Leslie Madsen Brooks, y que contaba con el visto bueno del propio Groom, aun reconociendo que “un auténtico edupunk se burlaría de las definiciones, vistas como instrumentos de opresión usados por los defensores del orden y la conformidad».
Según Madsen, edupunk es toda aquella actividad de aprendizaje centrada en el estudiante y diseñada por el docente antes que por la institución, inspirada en una postura políticamente progresista, donde se toman los intereses de los aprendices y se hacen relevantes en la sociedad digital, aun a veces renunciando las tecnologías digitales por completo.
Sin duda, el edupunk se inspira en la cada vez más relevante tendencia del “do it yourself” aplicada al aprendizaje, la que a su vez se alinea con la filosofía de la innovación social, según la cual los individuos y las comunidades son a la vez beneficiarias y motores de sus propios procesos de innovación, en algunos casos implementando soluciones a problemas detectados y en otros casos mejorando procesos o servicios que impactan directamente en el entorno del individuo y de su comunidad.
Anya Kamenetz escribió una guía del edupunk, por encargo de la Fundación Melina y Bill Gates, y en ella se refería a quienes practican el edupunk como personas que quizá no encajan con las viejas reglas de las instituciones educativas, o cuyos intereses no encajan en los patrones académicos, o que no tienen acceso a los recursos formales por cuestiones de tiempo o situación geográfica. Incluso se refería en su definición al edupunker como alguien que ama las tecnologías y las nuevas formas de aprendizaje o que, simplemente, es un rebelde.
An edupunk is someone who doesn’t want to play by the old college rules. Maybe you have interests that don’t fit the academic mold. Maybe you’re in a remote location. Maybe you have a family, a job, or other responsibilities and you can’t take on life as a full-time student. Maybe you love new technology and new ways of learning. Or maybe you’re just a rebel!.
Sin embargo, el edupunk no es un proceso de desinstitucionalización de la educación sino un empoderamiento por parte de quienes aprenden y una clara redefinición de los roles de los distintos actores que participan de los procesos educativos, con o sin las tecnologías como parte de estos procesos.
En palabras de Stephen Downes, el DIY Learning tiene que ver con la autoconfianza y el empoderamiento, aún más, se trata de la pasión por algo, del deseo de saber, del deseo de crear o del deseo de profundizar tras la apariencia superficial de las cosas.
La actitud edupunk invita, por tanto, a diseñar experiencias de aprendizaje que estimulen el aprendizaje autónomo por parte de los estudiantes poniendo en valor sus propios intereses como motor del mismo, un modelo en el que el procomún, el código abierto y el conocimiento libre enriquezcan los procesos. Este aprendizaje autónomo requiere por parte del aprendiz definir un plan de actuación, construir una red de aprendizaje, encontrar mentores y, por supuesto, necesita de un grado de competencia digital que le permita gestionar la cantidad de recursos disponibles en la red.
De nuevo nos encontramos con ideas y conceptos asociados con los entornos personales de aprendizaje: las redes personales de aprendizaje, el aprendiz como actor y protagonista del proceso, el aprendizaje visto como un proceso autónomo, etc.
Este texto forma parte del capítulo Entornos personales de aprendizaje: del aprendizaje autónomo a la educación edupunk publicado en…
Bergmann, Juliana y Grané, Mariona (2013). La universidad en la nube. A universidade na nuvem. Barcelona: LMI. Col·lecció Transmedia XXI. Laboratori de Mitjans Interactius. Universitat de Barcelona. Barcelona.
Más información: La Universidad en la Nube